La exposición está compuesta de 28 fotografías en blanco y negro realizadas en diferentes entornos salvadoreños, que abarcan las ruralidades y la urbanidad, en una serie abierta que inicia en 2015 y continúa hasta la actualidad.
Su hilo conductor es una metáfora con la que incluso ha jugado la cultura popular, como la película Mentiras verdaderas, dirigida por James Cameron en 1994, donde los papeles e identidades se intercambian y nadie es quien parece ser. Las personas, en su subjetividad, se enredan en un juego de engaño para, desde la propia construcción del personaje, obtener de la otra persona una reacción previamente estudiada. De este modo, el personaje no es una interpretación esteticista, sino el levantamiento de un entorno, un andamiaje, una atmósfera para que sucedan cosas.
Procesando...